domingo, 30 de septiembre de 2007

Designaciones a dedo: ¿Los políticos siempre nos mienten?

No es una novedad que a veces, todos tenemos las impresión que los políticos mienten con mas frecuencia de lo habitual, a diferencia del resto de colectivos. Pero algunas mentiras que nos sueltan no lo son, me explico. Imaginemos que nos prometen una Escola Bressol y pasan los años y no se construye. Yo personalmente entiendo dos aspectos sobre este hecho: 1 que realmente nos mientan prometiendonos las construcciíon a sabiendas que no lo van a cosntruir y, la segunda, que siendo "verdad" esa promesa por diversos motivos, no se pueda llevar a cabo. Sobre la 2 opción nada que objetar pero en cambio sobre la primera, evidentemente no hablamos de un mentiroso sino de un sinvergüenza sin escrúpulos. En cuanto a mentir, resulta imposible que todos nosotros no lo hayamos hecho alguna vez o lo hagamos en un futuro. Otra cosa muy distinta a lo que la gente cree, es que se puede mentir y no saber que se está mintiendo. Así de fácil y complejo a la vez. Lo normal es mentir para conseguir un beneficio propio pero a veces se miente, sin ser consciente de ello. Es decir, que uno simplemente se está equivocando.

Pero yo me propongo hablar específicamente de la mentira de los políticos. Sí, por que tienen su propia mentira catalogada (que también la sufren otros colectivos pero en menor medida). Me estoy refiriendo a la mentira que a partir de ahora denominaremos autoengaño. Esta, según Robert Trivers, padre de la Sociología moderna, nos asegura que un buen político es el que: de forma casi perfecta, domina la técnica del autoengaño. Ahora no tratatamos de la mentira sobre los demás sino, del autoengaño de muchos políticos, en definitiva: que se cree sus propias mentiras sin ser conscientes que mienten. Por ejemplo: los políticos a los que escuchamos defendiendo lo indefendible, que ves que incluso rayan la imbecilidad y la estupidez. Y siguen manteniendo su postura, contradicendose en afirmaciones propias anteriores y un largo etcétera de falta ya inclusive, de simple inteligencia. Por lo tanto yo a veces los he catalogado de cínicos hasta que me dí cuenta que no, que debía haber otra causa, por que de lo contrario, alguien que mantenga estas posturas debería ser un idiota con su certificado acreditativo al respecto. Sobre esta cuestión y hablando con una amiga psicóloga (un saludo a Natalia desde aquí), me informó sobre la existencia de este sociologo y, sus interesantes teorias sobre esta curiosa circunstancia. Resulta que el Sr. Trivers publicó a mediados de los años 90 (iba a decir el siglo pasado, pero entonces sus teorias quedarian como "decimonónicas" y, no es el caso), un trabajo que trataba del engaño y el autoengaño, en la naturaleza.

Su teoría intentaba demostrar que el engaño no sólo era una táctica habitual en casi todas las especies, sino que también, el autoengaño, evolucionaba por la selección natural desde el primario engaño funcional, intrínseco e inconsciente de las especies. Es decir, las especies tienen el engaño para usarlo para sobrevivir por ejemplo. Pero los seres humanos, lo usamos a nuestra entera discreccionalidad si lo deseamos y además, lo hemos "evolucionado" desvirtuandolo en autoengaño a nosotros mismos. No usamos un engaño "natural" que nos pueda servir como a algunos animales para escapar de un depredador sino que engañamos cuando queremos hacerlo sin una necesidad. Inclusive hemos "creado" el autoengaño para engañarnos a nosotros mismos (algún tipo de mecanismo de autodefensa) que si lo razonamos, es muy grave, patético y sobre todo preocupante. A todo esto lo mas peligroso de esta circunstancia radica en que si somos (en este caso los políticos), capaces de autoengañarnos (por eso vemos a veces planteamientos y argumentaciones lamentables de este colectivo), mas posibilidades para engañar al resto, ya que al no ser los sujetos "conscientes de su autoengaño", el número de mentiras de estos y ciudadanos engañado es mayor, siendo el contenido de las mentiras, una pura estupidez casi siempre. Por todo esto vemos políticos que después de una nefasta gestión por ejemplo y ante las evidencias constatables de terceros, siguen defendiéndose como gato panza arriba y pensando que el mundo debe estar contra ellos por que, todos los demás son los que están equivocados y ellos no. Esto es el autoengaño, un mecanismo de autodefensa ante las críticas en este caso. Por eso los mejores políticos son como afirma Trivers: los que de forma casi perfecta, dominan la técnica del autoengaño

Como parece ser que es consustancial al ser humano, resulta imposible razonarlo con los afectados (en este caso los políticos) y en esas estamos: Que Vd. es un mal político y su gestión nefasta y estos que no, que no lo entendemos, que resulta que si tal o cual entonces no, pero si, por que a veces, si se tienen en cuenta, etc. Como la mentira o el engaño al parecer dejan señales evidentes y están mas que estudiadas, resulta que el autoengaño ("inconsciente"), no refleja estas señales: Tono de voz, tics nerviosismo etc. Siendo entonces los receptores mas susceptibles a ser engañados. Todo por que los que se autoengañan (no son conscientes que mienten), no dan señales físicas externas y visibles por lo que ellos no "mienten" (no son conscientes de ello), y nos engañan al resto (no siempre a todos), al no poder detectarles la mentira. Solo a veces la estupidez mantenida por el autoengañado, evidencia esta situación. Pero el sujeto nunca lo reconocerá por que precisamente en eso consiste el autoengaño. El mecanismo de defensa utilizado, para escapar de un depredador (en este caso una situación política). Por lo tanto se demuestra que lo mejores políticos son: los que de forma casi perfecta, dominan la técnica del autoengaño. Casi nunca se detecta cuando mienten. No son conscientes que mienten y la perfección del político sería casi perfecta. Puede dormir tranquilamente por la noche, habiendo por ejemplo, arruinado un ayuntamiento, creyendo (autoenganño), que además ha hecho lo correcto y es imprescindible en su labor, no siendo necesaria su dimisión, estando los demás equivocados al recriminarle, etc. Y que mejor que un político que se autoengaña, para poder ostentar el poder.

Todo esto viene a colación debido a la designación a dedo de dos ex-regidores del Ajuntament y ante las críticas en contra de esta decisión así como, de la vuelta al Ajuntament, de la Sra. Quiteria Guirao (culpable de los desastrosos resultados electorales de ICV). Hemos sido testigos de argumentaciones peregrinas al respecto, con defensas a ultranza de razones inverosímiles. También algún debate por mi parte con Ramón Bassas al respecto de los ex-regidores, que a lo mejor, puede ser un ejemplo, de lo que intento explicar. Mi opinión es que llegados a este punto, los políticos (en este caso que nos ocupa), al principio están obligados a mentir ya que no pueden afirmar que la designación se realizó por intereses partidistas etc. Pero es cuando a base de justificarlo de forma incansable, se pueda dar el caso del denominado autoengaño, explicado anteriormente. Mi opinión es mucho mas sencilla sobre el caso de los ex-regidores (a parte de esta teoría del autoengaño), siendo de un cinismo atroz cuantas argumentaciones han sido realizadas, sobre la conveniencia de estas designaciones a dedo.

Eso sí, recordemos que el lenguaje corporal (hablando solo de engaño o mentiras, no de autoengaño), amparado por numerosos estudios sobre el mismo, denominado también, lenguaje no verbal si que muestra signos físicos. Según los expertos y al contrario de lo que de forma racional hacemos, transmitimos mas información por gestos que por el lenguaje. Algunos afirman que de forma verbal se tranmite solo un 15 % y el resto, 85 % con gestos, tics, miradas, etc. Por lo tanto cuando conversas con otra persona resulta que el 85 % de la información que te está transmietiendo, no lo hace de forma verbal y si estamos atentos siendo conocedores de estos signos, resulta que entre otras informaciones podemos saber si lo que se nos dice es cierto o no, en un sentido u otro, etc. Así que os comento algunas generalidades para detectar en nuestro caso a políticos mentirosos (recordemos, que lo que se autoengañan, técnicamente no son detectables) , pero para los cínicos profesionales, seguro que nos sirve.

Me centraré solo el la mentira ya que no lo haremos en otros aspectos debido a que no es mi propópsito. En este sentido para detectar aú mentiroso, en nuestro caso un político, debemos fijarnos atentamente y a parte de escuchar su mensaje verbal, la mirada por que señores nadie de forma que no sea consciente y a propósito, puede mantener la mirada a su interlocutor cuando miente, se reduce de forma alarmante el movimiento de pies y manos y el tono de la voz tiembla o en casos de sujetos muy sensibles prácticamente no pueden dejar de tocarse el cuerpo, tener tics, la mirada se convierte en un sin fín de miradas a distintos sitios sin control, sudoraciones, enrojecimiento en la piel, temblores visibles, etc. No es una contradicción, hablamos de extremos: o una clama casi alarmante típica de personalidades patológicas o de un nerviosismo o diferencia de comportamiento conocido del sujeto, que nos alerta. De forma mas general y sin extremos, se tarda más en contestar y el que miente hace más pausas y piensa las respuestas, se tapan la boca, se tocan la nariz u otra parte del cuerpo.

En cuando al mensaje verbal propiamente dicho, este se trasmite durante la mentira de esta forma: dar pocos detalles o demasiados (en exceso), si se habla sobre conversaciones anteriores, no se repiten citas textuales, tampoco de realizan referencias temporales o espaciales, ni se percepciones de olores, sonidos, etc., ni se aportan detalles de situaciones imprevistas pero secundarias durante la historia. El "mentidor" mete en su historia gran cantidad de verdades posibles y efectivas colando entre estas, las mentiras. Sobre los mentirosos, están los que con tiempo preparan su mentira con todo lujo de detalles y los que no ya obligados por las circunstancias, improvisan para salir airosos. Pero en este sentido, resulta mas fácil "pillar" a los primeros debido a que resultan ser tan convincentes con detalles, etc., que se presta mas atención y control de todos los aspectos, siendo mas efectiva la resolución de la cuestión. Los que improvisan son muy fáciles de detectar pero los primeros, repito, se hace de forma mas científica y al menos para mi, es mas fácil. Como diría aquel, los segundos se delatan solos. Así que queda la veda abierta y empieza la caza de los mentirosos y recordad: algunos se autoengañan y, estos son lo mas peligrosos por que: 1 son temerarios e inconscientes. Incapaces de medir las consecuencias al no ser conscientes que mienten. 2 pasan desapercibidos para nosotros en muchas ocasiones, con todo lo que se puede derivar.

Napoleón Bonaparte (apodado en su tiempo por: “El petit Cabró”).

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