viernes, 16 de octubre de 2009

Surrealismo o ....


Con motivo de la retirada de la Antena de telefonía del Camí de Mig, la regidora Alicia Romero manifestó que la sentencia que obligaba a tal retirada, era surrealista. Aunque llamándose Alicia, es irónico que hable de surrealismo ya que como veremos, estos los ven todo mega guay.

Y sí que viven en otro mundo, alejado del ciudadano y negándo lo que haga falta, aquí todo va bien, aquí no ocure nada, nosotros lo hecemos todo bien, estos, los ciudadanos cabreados y con razón, no existen o no saben lo que quieren.

Somos las élites las que sabemos dirigirlos y gobernarlos. Nos necesitan !!!, solo que olvidan que la mayoría de ellos, ni siquiera merece estar donde están, o están debido a "políticas" y mamoneo de formaciones, medrar, y combinaciones varias que solo, y no el azar o la razón, ellos conocen.

De hecho en este sentido de de desafección de los ciudadanos con más inri, con un Ajuntament, que es lo más cercano, recomiendo la lectura de:

La rebelión de las élites

Gustavo Morales

Christopher Lasch, La rebelión de las élites y la traición a la democracia, Paidos, Barcelona, 1996

Christopher Lasch, profesor de Harvard, reúne en este volumen una colección de ensayos que tiene el sugestivo subtítulo de la traición a la democracia. Comienza nuestro autor rindiendo un desusado, por foráneo, homenaje a la figura de Ortega y Gasset y reconociendo la influencia de La rebelión de las masas en la construcción de su tesis.

En esta ocasión, defiende Lasch, no son las masas las que han perdido los ideales de convivencia nacional, de participación común en el gobierno de la polis y de defensa de la identidad nacional-cultural.

Es decir, si antaño Ortega lamentaba que la irrupción de las masas en la Historia destruirá el espíritu aristocrático de servicio a los demás, nobleza obliga, Lasch destaca que hoy son esas masas las que mantienen los valores humanos mientras que las élites se han transmutado en representación viva del egoísmo y del sálvese quien pueda.

Lasch acusa a las élites, especialmente a las políticas y financieras, de tener más en común con magnates de otros países que con sus propios compatriotas. El autor dice que tienen conscientemente más en común, sin influencia de sus culturas diferentes, los millonarios norteamericanos con los millonarios japoneses que con sus conciudadanos pobres.

El estilo de vida, ególatra y despectivo, de los ricos del mundo es idéntico: busca y obtiene la satisfacción inmediata de sus deseos materiales, es decir, comparten la misma ética que los delincuentes, los otros delincuentes, o sea.

Mantiene que el pueblo, en este caso el norteamericano, tiene un concepto más claro, sólido e interiorizado de los valores nacionales comunes que los grupos dirigentes de la prensa, la política y la economía de los Estados Unidos.

El autor destaca cómo los ideales que defienden en público las vanguardias dirigentes no son los mismos que aplican en sus vidas privadas. Esa pérdida de lazos nacionales implica una escasa tendencia a asumir la responsabilidad de sus actos públicos o a sacrificar intereses personales por el bien común.

Lasch censura el doble discurso de la plutocracia: abnegación, austeridad y producción para el bien común...pero no para ellos, los arrogantes, sino para los demás. Lasch hace un canto, nada rancio, a la defensa de la vertebración nacional en base a las comunidades, las ciudades, los pueblos y las comarcas de los estados de la Unión.

Destaca que el bien común no coincide en absoluto con los baremos liberales del mercado, que todo lo mide en beneficios. Los partidos, según Lasch, tampoco representan ya a los intereses de la gente sino de las oligarquías políticas a quienes defienden.

Lasch reprueba, también, el fracaso del sistema cooperativo, no por si mismo, sino por tener que jugar en desventaja cuando se prima la propiedad privada anónima y los créditos bancarios a las multinacionales. Cuando impera, por encima del bien común, el beneficio privado, los proyectos económicos cooperativos sufren y sucumben a la presión del dislate denominado mercado libre.

En el fondo, este libro nos redescubre la necesidad de desarrollar una línea de pensamiento que no se circunscribe exclusivamente a España ni se agota en pensadores de la llamada Generación del 98 (¿qué pensamos hacer para celebrar el centenario el año que viene?).

Ortega no sólo inspiró en España sino plus ultra. La vigencia de esta forma de pensar, donde se aúnan el bien común social y la educación como algo más que la enseñanza oficial, evidencia que no es una línea de pensamiento que esté sola en el Universo ni carece de allegados, de lo cual nos felicitamos.

Lamentablemente, la edición del libro ha coincidido con la muerte de su autor que ha sabido dejar tras de sí una herencia de pensamiento poco común en el mundo déspota anglosajón.

... ... ...

En breve, la semana que viene, hablaremos de la sentencia surrealista de la Antena. y de Alicia en el pais de las maravillas, quese ve, que habita. De momento, los surrealistas son ellos, los que están en al Ajuntament y gobiernan, que ante una situación lamentable y con riesgo real a la salud de las personas, el Ajuntament ha estado echando balones fuera de forma continua, yo no se nada, aquí se exageran las cosas, a mi que me registren, etc.

Ha sido la constancia y la lucha vecinal, quienes, obligados ante la situación de invertirles la carga de la prueba, después de anys, de inumerables, quejas, denuncias, etc, han tenido que, y aquí ya el surrealismo del Ajuntament:

Que iniciar 2 contenciosos-administrativos e incluso la vía penal, procesos que están abiertos actualmente, incluso ir al pleno y exponer de forma pública, dos informes técnicos, de un arquitecto y de un ingeniero-químico metalúrgico de la agrupación de Peritos y Forensos Judiciales de Catalunya, que demostrasen sus denuncias ante la falta de acción y reacción, de quienes debían, y estaban obligados.

Y presentado sendos informes, con resultados de contaminación muy elevada por microorganismos, de los Laboratorios Dr. Echevarne, llegaron a decir, estos del Ajuntament, esto no sale en el vídeo de Maresme Digital Tv:

Que todo era mentira y que habían cogido los trozos de uralita analizados, de no se donde, en definitiva, de cualquier sitio.



Ellos si que son SURREALISTAS y presuntos, a mi solo se me ocurre una cosa o irresponsables u otra, que de momento, la dejaremos en cuarentena.




Napoleón Bonaparte (apodado en su tiempo por: “El petit Cabró”)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nuevo link del vídeo , no sabemos por qué pero no se podía reproducir.

http://www.youtube.com/watch?v=XHrzqS9hxGg

Napoleón Bonaparte dijo...

ok