(Les demoiselles d’Avignon)
Pablo Picasso, 1907
Óleo sobre lienzo - Cubismo
243,9 cm × 233,7 cm
MOMA
El chiste va mas o menos de lo siguiente, que van a una gran inauguración, tres de la Riera 48 - Bis, y uno de ellos...
Tiene cojones la cosa, recuerdo como se rasgaban las vestiduras en diversos blogs muchos de estos, cuando la famosa portada y secuestro de la revista el Jueves. Claro, que en la portada no salen ellos, y si otros, que no les caen muy bien, es decir según a quien le toque la sátira mordaz, entonces apelamos a la libertad de expresión y cuando lo jocoso le toca a uno, ah !!! hijo, eso no se hace, menudo atrevimiento, ya se sabe...
Que al menos no quede en la mevera de este blog, junto a algunos temas muy jugosos, que están ahí, a ver cuando los soltamos.
Las señoritas de Avignon, Las señoritas de Aviñón o de Avinyó es un cuadro del pintor español Pablo Picasso pintado en 1907. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo y sus medidas son 243,9 x 233,7 cm. Se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Este cuadro, que marcó el comienzo de su Periodo africano o Protocubismo, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual el artista español es el máximo exponente. Imprime un nuevo punto de partida donde Picasso elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.
Dos de los rostros, los de aspecto más cubista de los cinco, que asemejan máscaras, se deben a la influencia del arte africano, cuyas manifestaciones culturales comenzaron a ser conocidas en Europa por aquellas fechas, mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias.
Las bases de esta obra están influenciadas por una reinterpretación de las figuras alargadas de El Greco, habiéndose señalado una influencia particular de su Visión del Apocalipsis; su estructura ambiental que rememora los Bañistas de Cézanne y las escenas de harén de Ingres. Los tonos ocre-rojizos son característicos de su época negra.
Obra muy criticada e incomprendida incluso entre los artistas, coleccionistas y críticos de arte más vanguardistas de la época, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso, quien, junto con Georges Braque, crearía y continuaría la nueva corriente cubista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Se expuso en la Galerie d’Antin (París) en 1916, tras lo cual Picasso la guardó en su estudio, hasta que a principios de los años 20 fue adquirida por Jacques Doucet y exhibida en 1925 en el Petit Palais. Poco tiempo después el cuadro fue comprado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde es una de las piezas más preciadas de la colección.
Esta obra es considerada el inicio del arte moderno y una nueva etapa en la pintura del siglo XX.
Picasso no ponía casi nunca título a sus cuadros hasta bien pasado el tiempo, a veces hasta dos años después de ser pintado. En el caso de esta obra ocurrió lo mismo, cuando Picasso presentó la obra a sus amigos era una obra sin título.
No hay datos fidedignos y escritos sobre esta cuestión pero se cree que fue su amigo Apollinaire quien le dio el título de El burdel filosófico y después André Salmon lo llamó Les demoiselles d'Avinyó, una calle de Barcelona, en la que había prostíbulos. Salvo aquellos amigos, nadie conocía tal calle y pronto empezó a confundirse el nombre de Avinyó con el nombre francés Avignon, tan cercano en la pronunciación. Cuando por fin el cuadro se presentó con título fue con el de Les demoiselles d’Avignon y así ha llegado hasta el tiempo actual.
Todos aquellos amigos (un grupo muy reducido) a quienes Picasso enseñó el cuadro en privado coincidieron en sus comentarios sobre el gran impacto que les produjo. Hubo asombro y también burla. Picasso lo enseñó y lo guardó hasta que en 1916 (nueve años más tarde) fue expuesto. Trascurridos otros ocho años, Picasso lo vendió por un precio no muy elevado.
Más tarde se escribió una obra de teatro también llamada así.
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La negra flor
Napoleón Bonaparte (apodado en su tiempo por: “El petit Cabró”)
1 comentarios:
Pues nada, me pones el caramelito en la boca y cuando ya babeo para empezar a degustar el ágape azucarado, vas y me lo quitas !!
el "chist", así, autocensurado en rojo, como que no lo pillo....
esperaré el boca-oreja, siendo yo, en principio, oreja para poder ser boca...
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