Ayer la ciudad lo volvió a conseguir, fue la estrella de los informativos nacionales al ponerse en marcha un operativo policial en el que dicen que participaron más de 700 agentes. No seré yo el que diga que se pasaron, que el despliegue posiblemente fue un poquito exagerado o simplemente que pasaban demasiadas horas desde que tomaban policialmente la vivienda o el local hasta que alguien salía detenido. Tampoco seré el que diga que la operación fue muy mediatizada por los políticos de turno, aunque desde luego lo fue y mucho.
Que a media mañana la cadena SER soltó la noticia cuando no hacia ni una hora que había comenzado el dispositivo, que sorprendentemente algunas de las declaraciones fueron realizadas a bombo y platillo en la inauguración de la terminal de aeropuerto de Barcelona donde había una buena cantidad de periodistas y políticos de muy alto nivel con el consiguiente, seguramente también buscado, revuelo mediático.
Pero lo que si digo es que esta situación llevaba años produciéndose con total impunidad de la misma forma, salvando las distancias del supuesto tráfico de personas, que en los años 80 este mismo trabajo lo hacían los de “aquí” sin seguro, en casa, con jornadas de trabajo de 14 horas, en locales ilegales donde una persona ponía las maquinas/faena y muchas mujeres trabajaban en negro sin ningún tipo de asistencia social. Esta situación la promovían seguramente los mismos de ahora, esta situación seguramente tiene los mismos empresarios detrás que los de los años 80 que descubrieron que una forma de ahorrarse problemas, ganando más dinero, era externalizar la faena en locales y pisos por toda la ciudad.
La única diferencia entre la época pasada y el día de hoy es la mano de obra barata de otro color de piel, lo demás no ha cambiado. Para quien trabajaban los chinos, para ellos mismos, NO, los chinos trabajaban para personas de aquí. Quien se ha lucrado más con esta actividad ilegal, los mafiosos chinos, seguro que si, pero también empresarios sin escrúpulos que sabían lo que había, pero miraban para otra parte. La deslocalización de muchas empresas en economías emergentes tiene un problema, el tiempo de respuesta desde que se manda el patrón hasta que la prenda esta en el mercado español es largo por lo que la salida fácil para entregar los pedidos con rapidez son los talleres clandestinos de aquí, regentados ahora por chinos y no hace mucho por “blancos”.
Donde han estado estos años los defensores de la cohesión social que conocían perfectamente la situación, donde han estado los salva patrias que ahora salen en medios nacionales diciendo bobadas, alguno le gusta más un micrófono que a un tonto un caramelo. Pues seguramente estaban haciendo otras cosas, a los chinos no se les ve en los centro cívicos pidiendo hora con la asistenta, a los chinos no se les conoce ayuda para el comedor o libros, los chinos no van a las manifestaciones donde el lema es papeles para todos, no dan problemas, no son un problema, por tanto no existen.
Los chinos no dan ningún problema, por eso seguramente hay mucho salvapatrias, yo el primero, que durante algunos años no veía que detrás del chinito que se gastaba una pasta en las maquinitas tragaperras había un explotador de personas en primera instancia y un empresario sin escrúpulos, blanquitos para más señas, detrás.
Espero que las investigaciones policiales/judiciales no se queden solo en el detalle del chinito que vive, come y trabaja en el tajo, que por supuesto animo a que se haga hasta las últimas consecuencias, pero también, espero, que salgan a relucir para las marcas que trabajaban y nombres concretos de empresarios de tota la vida que están detrás del negocio que tenían montado.
Que a media mañana la cadena SER soltó la noticia cuando no hacia ni una hora que había comenzado el dispositivo, que sorprendentemente algunas de las declaraciones fueron realizadas a bombo y platillo en la inauguración de la terminal de aeropuerto de Barcelona donde había una buena cantidad de periodistas y políticos de muy alto nivel con el consiguiente, seguramente también buscado, revuelo mediático.
Pero lo que si digo es que esta situación llevaba años produciéndose con total impunidad de la misma forma, salvando las distancias del supuesto tráfico de personas, que en los años 80 este mismo trabajo lo hacían los de “aquí” sin seguro, en casa, con jornadas de trabajo de 14 horas, en locales ilegales donde una persona ponía las maquinas/faena y muchas mujeres trabajaban en negro sin ningún tipo de asistencia social. Esta situación la promovían seguramente los mismos de ahora, esta situación seguramente tiene los mismos empresarios detrás que los de los años 80 que descubrieron que una forma de ahorrarse problemas, ganando más dinero, era externalizar la faena en locales y pisos por toda la ciudad.
La única diferencia entre la época pasada y el día de hoy es la mano de obra barata de otro color de piel, lo demás no ha cambiado. Para quien trabajaban los chinos, para ellos mismos, NO, los chinos trabajaban para personas de aquí. Quien se ha lucrado más con esta actividad ilegal, los mafiosos chinos, seguro que si, pero también empresarios sin escrúpulos que sabían lo que había, pero miraban para otra parte. La deslocalización de muchas empresas en economías emergentes tiene un problema, el tiempo de respuesta desde que se manda el patrón hasta que la prenda esta en el mercado español es largo por lo que la salida fácil para entregar los pedidos con rapidez son los talleres clandestinos de aquí, regentados ahora por chinos y no hace mucho por “blancos”.
Donde han estado estos años los defensores de la cohesión social que conocían perfectamente la situación, donde han estado los salva patrias que ahora salen en medios nacionales diciendo bobadas, alguno le gusta más un micrófono que a un tonto un caramelo. Pues seguramente estaban haciendo otras cosas, a los chinos no se les ve en los centro cívicos pidiendo hora con la asistenta, a los chinos no se les conoce ayuda para el comedor o libros, los chinos no van a las manifestaciones donde el lema es papeles para todos, no dan problemas, no son un problema, por tanto no existen.
Los chinos no dan ningún problema, por eso seguramente hay mucho salvapatrias, yo el primero, que durante algunos años no veía que detrás del chinito que se gastaba una pasta en las maquinitas tragaperras había un explotador de personas en primera instancia y un empresario sin escrúpulos, blanquitos para más señas, detrás.
Espero que las investigaciones policiales/judiciales no se queden solo en el detalle del chinito que vive, come y trabaja en el tajo, que por supuesto animo a que se haga hasta las últimas consecuencias, pero también, espero, que salgan a relucir para las marcas que trabajaban y nombres concretos de empresarios de tota la vida que están detrás del negocio que tenían montado.
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