martes, 30 de junio de 2009

Licencias de actividades

En el momento que hay sitios, para el público en general, o para uso exclusivo de socios, donde haya una transacción económica, comprar un café lo es, hace falta una licencia de actividades. La semana pasada un medio de comunicación local saca a la luz el caso de una cafetería donde según parece, la regidora así lo confirma, no tiene licencia de actividades.

Hasta aquí todo normal, si hay actividad económica por medio es necesario una serie de contraprestaciones que son obligatorias para cumplir la ley, seguridad social, licencia de apertura, licencia de actividades etc,etc. Pero que pasa con las actividades que se realizan en un espacio de titularidad pública como son algunos casales de gent gran o, espacios cedidos a entidades que tienen bar, u otros espacios por el estilo. En el colmo de los colmos algunos de ellos, creo, están regidos por personas que incluso están jubiladas ganándose unos euritos extras. No es malo que se ganen unas pesetillas extras ya que seguramente la necesidad de complementar su paga hace que tengan que trabajar, pero todos moros o todos cristianos.

Pues lo que sucede es lo que estáis pensando, miran para otro lado. Quien le pone el cascabel al gato, quien se atreve a decir a ciertas entidades que tienen que sacarse una licencia de actividades para poder vender cafés, quien le dices que para hacer comidas o bocadillos hay que tener el carnet de manipulador de alimentos, en definitiva quien le pone el cascabel al gato.

Menos mal que los mossos no saben que esto sucede, si algún día se enteraran harían falta más de los 700 agentes que trajeron para la operación Wey. Como siempre algún anónimo de estos que no lo son tantos, entrara diciendo bobadas. Para estos, decirles que yo no estoy en contra de los chiringuitos, ni los actuales ni los futuribles en ningún sitio, pero si estoy en contra de tener una venda en los ojos para según que cosas y para otras ser implacable. Por pegar un papelito en un pared con la correspondiente sanción de 300 euritos ser intransigentes y para mis “colegas” manga ancha.

La excusa perfecta debe ser que cuando visitan estos chiringuitos son invitados por lo que seguramente no conocen que los demás mortales pagan un precio, seguramente más barato que en los “normales” pero también indudablemente, con algunos centimillos por encima de la que cuesta en los distribuidores. Por tanto existe actividad económica, se mire como se mire.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es tanto que se pague o no, cosa importante,lo peor es que al no tener licéncia no se adoptan las medidas pertinentes y luego producen moléstias a otros cuidadanos, creandose situaciones conflictivas sin necesidad.

Julián Hernández Tello dijo...

Anónimo,

Tienes razón lo de pagar no es el problema principal, para mi desde luego no lo es. Si un día hubiese una intoxicación alimenticia, en algunos se sirven bocadillos y demás viandas, seria un problema grave.

Al igual que lo fue en su momento un local, no se si cedido, en la parte alta de Gatassa donde los vecinos estaban hasta el gorro de las fiesteritas de los viernes y sábados por citar un ejemplo no muy lejano en el tiempo.