domingo, 10 de enero de 2010

Elvis: Corazón Solitario


Muchos estamos de celebración y merecído homenaje a, Elvis Aaron Presley, The King.

Sin duda, otro de mis favoritos, en este caso musicales, y la banda sonora de mi infancia y juventud. Aquí dejo un extracto de la delicia de libro, Corazón Solitario, de Javier Márquez, Sánchez , otro de mi favoritos, que también recomiendo:

Un rayo en una botella

(A modo de introducción)

Elvis, hijo de Tupelo. Elvis, hijo de mamá (…) Elvis, inventó a los Beatles (…) Elvis, la ópera. Elvis, la comedia (…) Elvis, el carismático. Elvis, el estático (…) Elvis, Hitler. Elvis, Nixon. Elvis, Cristo (…) Elvis, la Pelvis.

Elvis, el genio. Elvis, el generoso. Elvis, perdónanos. Elvis, ruega por nosotros…

"El rockero irlandés Bono decidió celebrar el sesenta aniversario del nacimiento de Elvis Presley publicando, en el número de junio de 1995 de la revista británica Q, el homérico poema Elvis: el David americano. Aquella letanía ponía de mani.esto las muchas caras de la persona y el personaje de Elvis Presley. El que conocieron sus familiares más cercanos y el que dejó ver a los otros; el que reveló a sus amigos íntimos y el que construía para divertirse con el resto de los chicos.

Y luego, claro, estaba la superestrella, el mito, ese Elvis convertido en un dios a través de una desmedida devoción del público, de los trajes de Bill Bellew, de los focos y de los apoteósicos arreglos musicales. Existen demasiados Elvis como para que resulte fácil contar la vida de ese muchacho tímido y sencillo del sur, que cumplió su sueño de salir de la pobreza cantándole a Dios, llevando con él a su familia, sus amigos y cuantos pudo ayudar en el camino.


El rockero indómito de Sun Records, el revolucionario de la RCA, el terror de Hollywood, el rey de Las Vegas, el melancólico de las giras, el loco en la colina… John Lennon diría que antes de Elvis no hubo nada.

Y es cierto. Antes de Elvis estuvieron Sinatra y Check Berry, Louis Armstrong, Hank Williams y todos los demás; pero en realidad, no era nada. Hasta que Elvis no asaltó las radios y los televisores haciendo tambalear la sociedad del momento, la música popular no era ni de lejos tan popular, y desde luego, no era un instrumento de representación del sentimiento juvenil.


Con el paso de los años, conforme el artista fue creciendo y su público con él, al tiempo que el mundo cambiaba de forma radical, fue adaptándose el concepto que todos tenían de Elvis, unos para mejor y otros para peor. Hasta que murió. Y entonces, todo se volvió confuso.

Treinta años después de su muerte, la verdadera valía artística de Elvis Presley se pierde entre el millón de anécdotas que pueblan su historia, unas más falsas que otras. Mientras pueda hablarse de los .ecos de sus trajes blancos llenos de adornos, de sus patillas y sus grandes gafas, ¿a quién le importa la hondura casi dolorosa con la que interpretaba «How great though art»?


Tras la irrupción en los sesenta de artistas que escribían sus propias canciones, los vulgares «intérpretes» como él parecían quedar un escalón por debajo. Porque resulta demasiado divertido hablar de su dieta exagerada o sus a.ciones sexuales en lugar de observar el drama y la tristeza que destilan algunos de los discos y grabaciones en directo que siguieron a su divorcio de Priscilla, reclamando composiciones de notables autores como Kris Kristofferson, Neil Diamond o los propios Lennon & McCartney.

Y es por eso que se antoja de igual modo inútil intentar entender la evolución musical (en el estudio y en los directos) de Elvis si no se observan al mismo tiempo ámbitos tan personales como la relación con su madre, el recuerdo de su hermano muerto o la continua búsqueda de un sentido de la vida que le llevó a experimentar una espiritualidad difícil de alcanzar por alguien que muchos siguen empeñados en ver como un «paleto» con buena voz.

Porque sólo una buena voz no puede generar emociones como las que produce oírle cantar «Why me Lord?» o «American Trilogy».

Elvis Presley era en muchos sentidos una persona contradictoria, como en su necesidad de estar siempre rodeado de gente aunque sólo alcanzara algo de auténtica felicidad cuando conseguía quedarse un rato a solas. Y parece que esa contradicción se mantuvo después de su muerte para impregnar con el paso de los años toda su vida..."

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Entrevista a Javier Márquez

http://www.lukor.com/musica/07081004.htm

"El autor de temas como 'Love me tender' o 'It's now or never' aparece retratado como un hombre "generoso y a la vez incomprendido"

El periodista Javier Márquez, subdirector de la revista Cambio 16 y autor de varias biografías de artistas, ha indagado en la "biografía sentimental" del 'rey del rock', el artista de Memphis Elvis Presley, para publicar el libro 'Elvis. Corazón Solitario' (Almuzara).

Consciente de las numerosas publicaciones existentes acerca de la vida y los amores del artista, Márquez decidió "ir un poco más allá" con su personaje por "la ausencia de trabajos rigurosos en castellano". Autor de biografías de otras grandes figuras del mundo de la música como Neil Young o Bruce Springsteen, el periodista filtra las innumerables versiones de Elvis y las acompaña con momentos importantes de su vida, alejado de los escenarios y el éxito superficial.

"Me interesaba mucho más acercarme al ser humano antes que al mito que se ha propagado durante muchos años", explicó el propio autor en una entrevista con Europa Press. "Eso es lo que realmente le ha hecho daño, porque mucha gente sólo quiere saber cosas de esa figura irreal y no de alguien que revolucionó el mundo de la música".

Nacido el 8 de enero de 1935 en Tupelo, una pequeña localidad del estado de Mississippi, Elvis Aaron Presley no tardó en mudarse junto a su familia a Memphis para superar las dificultades económicas. Gracias a la guitarra que le regaló su padre, comenzó a componer temas influído por el gospel y la música country hasta conseguir que el sello Sun Records le contratase para grabar su primer disco.

A partir de ese momento, la vida del cantante creador del rock and roll dio un giro radical y comenzaría una espiral de éxito acompañado por el manager de la RCA, 'el coronel' Tom Parker, quien le fichó en 1955 para convertirlo en una estrella. Temas como 'Heartbreak Hotel', 'Love me tender' o 'It's now or never' catapultarían en breve espacio de tiempo a Elvis a la categoría de mito.

LA REVOLUCIÓN DEL HOMBRE BLANCO

"Era más que todo lo que la gente quería hacer ver: revolucionó la sociedad, fue el primer hombre blanco que hizo que los chavales blancos de aquella clase media americana tan purista se moviesen y bailasen al ritmo de blues, como los negros", explicó el escritor. "Elvis fue el gran despertar de los jóvenes y fue capaz de tratar temas en sus discos de los que antes nunca se habían hablado, como el divorcio".

Sus problemas con las drogas han sido señalados como los responsables de su muerte prematura el 16 de agosto de 1977 y ha contribuido a alimentar esa imagen de estrella del rock dependiente de los estupefacientes. Sin embargo, Márquez señaló estas suposiciones como "erroneas". "Es cierto que era drogadicto, pero él nunca se consideró así porque no soportaba las drogas ilegales, más bien era como una farmacia ambulante que sabía incluso mejor que su médico lo que debía tomar".

EL 'CORONEL' PARKER

A lo largo del libro biográfico podrá descubrirse un Elvis "generoso, religioso y cercano a sus amigos", pero a la vez "incomprendido y con la sensación de inutilidad permanente". Gran parte de culpa la tuvo la tremenda influencia de su agente, Parker, responsable de que 'El Rey' rechazase papeles como el de protagonista en 'West Side Story' por considerarla "poco rentable" o, de la misma manera, no participase en la película 'Ha nacido una estrella', que llevó a la fama a su sustituto, Kris Kristofferson. "Eso le producía una enorme frustración", indicó.

Márquez, quien señaló los temas del artista 'That's all right, mama', 'If I can dream' y 'American Trilogy' como sus preferidos, también bromeó con la pregunta que asalta a los millares de fans de la estrella norteamericana,

¿está vivo Elvis?.

"Si estuviese vivo, tendría que seguir cantando, era su pasión", concluyó."


if i can dream



Suspicious Mind

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Napoleón Bonaparte (apodado en su tiempo por: “El petit Cabró”)

2 comentarios:

Joana dijo...

Magnífico!

Sucette D´Ment. dijo...

Ayer me pasé un buen rato escuchando canciones de Elvis. Su voz continúa estremediéndome. Agarró las puntas de su capita y se fue al cielo, volando.

Gracias por este recuerdo, Napoleón Bonaparte.

Con afecto,
Fdo: Sucette D´Ment