viernes, 3 de abril de 2009

Vito Corleone

Buscando el otro día información para una de mis entradas, buscaba información sobre el organigrama de la “familia” de Vito Corleone, San google me llevó a una página donde leí con mucha atención, algunos párrafos como este:

" Entra en un negocio, pide hablar con el dueño y le dice, con delicado tono, con calidez, que ha decidido protegerlo. El empresario o –si de los orígenes hablamos el comerciante, el dueño del sin duda próspero negocio (el homo mafia va donde está el dinero, y donde está el dinero está la prosperidad) se sorprende. Ignoraba que estaba amenazado. Se lo dice al mafioso. “No estoy amenazado por nadie. No entiendo, ¿de quién quiere protegerme usted?” El mafioso dice: “De mí”. Con lo que también está diciendo: “La amenaza soy yo”. En suma: usted me paga para que yo no lo ataque. Hay un plus en la negociación: “Si no lo ataco yo, no lo va a atacar nadie. Yo lo protejo de mí y de todos”. El “próspero negociante” no deja de ver las ventajas del negocio. Dado que si los amenazantes profesionales son muchos convendrá cerrar un buen trato con uno, con el mejor. Con el que logre exactamente eso: protegerlo de él y de todos. Si el mafioso elimina a la competencia no elimina el negocio. El puede ser la única amenaza y, a la vez, la única protección."

El párrafo anterior lo deja muy claro, el jefe mafioso se dirige a alguien y le dice, ojo que debes protegerte, a lo que el tendero dice, de quien ya que no estoy amenazado, a lo que responde el mafioso, de mi que así te protejo también de los demás.

La diferencia entre la mafia de antes y la nueva mafia esta en las formas, que no en el fondo. Hoy en día el funcionamiento es otro, hay miembros de la mafia que han perdido el espíritu mafioso, el de la familia, el del espíritu de su nombre, que significa, hombres de honor pasando directamente de la protección, el juego y la prostitución al tráfico de drogas sin importarles quien cae por la lacra de las drogas el fin, el dinero, justifica los medios.

El mafioso ya no visita directamente a sus futuros clientes, para eso están los que antes se dedicaban a cobrar la protección, el escalafón más bajo del organigrama. Ahora este escalafón es el que “piensa”, el que visita a los tenderos, el que diseña planes que luego son presentados al Consigliere para su consideración y si lo aprueba, trasladarlo al padrino de turno que le dirá adelante, doy mi apoyo, pero en la sombra. Que se les traslade que yo estoy de acuerdo pero no puedo decirlo, o sea que cuente con mi apoyo moral.

Todo funcionamiento, también el mafioso, evoluciona, aquí en “su” ciudad también existe cierta mafia, la tradicional y la moderna en una misma familia. La tradicional que no mata poniendo en la boca un canario, pero si entierra al que les molesta en los bloques de hormigón y la moderna que no escatima esfuerzos en lograr su fin dejando “cadáveres” en cualquier cuneta emulando a los fachillas de la guerra civil que mataban en las cunetas o en las tapias de los cementerios.

Todo el mundo sabe quien es el Consigliere y el que cobra la protección, pero tenemos aquí una evolución de estos hombres de honor de pacotilla que intentan que sea otra familia, amiga en estos momentos, ya sabemos lo que pueden cambiar las alianzas en un futuro, pero en definitiva otra familia la que ponga en la boca el pajarito a lo chulitos que se ha atrevido a ponerle en la picota.

Si tan valientes son, Vito Corleone y familia, que den el paso ellos, que no dejen que se queme la familia amiga porque si la cosa sale mal, que saldrá ya que no es verdad, que sean ellos los que se quemen, que no manden a la pobre bruja a la hoguera como en los tiempos de la inquisición.

Si la reencarnación existiese, no lo se, estoy seguro que el Consigliere es la reencarnación de algún sanguinario juez de la inquisición. Torquemada por ejemplo, y el recaudador Sancho Panza que llegó hasta gobernador:

" Salió, en fin, Sancho, acompañado de mucha gente, vestido a lo letrado, y encima un gabán muy ancho de chamelote de aguas leonado, con una montera de lo mesmo, sobre un macho a la jineta, y detrás dél, por orden del duque, iba el rucio con jaeces y ornamentos jumentiles de seda y flamantes. Volvía Sancho la cabeza de cuando en cuando a mirar a su asno, con cuya compañía iba tan contento que no se trocara con el emperador de Alemaña.

Al despedirse de los duques, les besó las manos, y tomó la bendición de su señor, que se la dio con lágrimas, y Sancho la recibió con pucheritos.

Deja, lector amable, ir en paz y en hora buena al buen Sancho, y espera dos fanegas de risa, que te ha de causar el saber cómo se portó en su cargo, y, en tanto, atiende a saber lo que le pasó a su amo aquella noche; que si con ello no rieres, por lo menos desplegarás los labios con risa de jimia, porque los sucesos de don Quijote, o se han de celebrar con admiración, o con risa."

En este caso los sucesos de don Quijote los celebro con risas de mas de dos fanegas.

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