martes, 22 de enero de 2008

El mercadeo del voto: se acerca el día del mercadillo

Dentro de poco, más de mes y medio los españoles estamos llamados a las urnas para la elección del presidente del gobierno, tiempo tendremos en estos días que se avecinan de promesas, ataques y jugosas declaraciones de ir entrando en capítulos como la subida de las pensiones, la subida del salario mínimo interprofesional, las propuestas en economía en tiempos que me atrevo a asegurar no serán de tanta bonanza económica como estos últimos, en las viviendas sociales que cada uno prometerá que construirán, en definitiva, en escuchar hasta la saciedad lo que unos y otros harán si llegan a gobernar.

Cada día que leo el periódico, más de uno para no intoxicarme con solo el pensamiento único del país o el mundo por citar dos ejemplos, me pregunto porque algunas de esas iniciativas lanzadas hace ya meses solo y exclusivamente, se llevaran adelante si el pueblo le da otra vez la confianza o cambia el sentido de su voto y se lo da al otro. Si son tan buenas porque no las pone en marcha ahora y así en vez de comprar algo que no hemos visto seguimos apostando por algo que ya hemos testado y vemos que es bueno. Esta es la gran pregunta, porque cada año electoral se convierte en un mercado donde hay diferentes paradetas que ofrecen, sin ver el genero, pero si conociendo al tendero, un producto irresistible, bonito de ver pero que desgraciadamente en boca no siempre sabe todo lo bien que nos ha prometido el tendero.

La técnica utilizada para “vendernos” el producto, al candidato, es la publicidad, el márketing asociado a la política. La diferencia de esta venta no varia sustancialmente de la utilizada para promocionar e imponer en el mercado una pasta de dientes o un detergente. En el 82 Jacques Séguéla publicó un libro donde revela como concibió la promoción y venta de un candidato a las elecciones francesas, revela en su libro que el nivel de utilización de la técnica de márketing no se diferencia entre un presidente y un jabón en polvo. Esto no deshonra al presidente, es una honra para el jabón en polvo decía en sus páginas.

Ya tenemos una cosa clara, lo primero que hay que tener para llegar a buen puerto es un buen publicista, acaso no fue gracias a la publicidad política, que en EE.UU. un actor mediocre pudo llegar a ser un presidente mediocre, no podía ser de otra manera ya que efectivamente era bastante cortito, que lo único que sabia hacer era memorizar y memorizar lo que sus asesores le escribían?. Sabemos, por experiencia propia, que no hay publicidad más propensa a caer en la deshonestidad, que la publicidad pública.

Después de las votaciones que pasará?. Nos preguntamos algunos, pues nada, más de lo mismo, cualquier situación y apaño, por inverosímil que pueda parecer, se hace posible. Los discursos medidos, edulcorados y teledirigidos por profesionales de la venta de cualquier producto, cautivan al electorado y le hipotecan el voto, pero esconden en sí mismos el otro mercadeo, el que se producirá tras la votación y con el que se lograrán los pactos precisos, aunque sean contra natura. Una vez más, el votante se sentirá engañado, pero su momento ya pasó cuando dejó su papeleta en la urna. Ahora ese voto ya no le pertenece y su receptor lo traficará, lo venderá al mejor postor en ese mercadillo, con la certeza de que tras otros cuatro años, la situación se repetirá del mismo modo. ¿Culpables los políticos? No, culpables los votantes.

Sí, soy culpable, soy culpable porque hace tiempo que se que la democracia en nuestro país no existe, existe la partitocracia, la mayor multinacional del país, la empresa con la mayor cantidad de “ejecutivos” bien dotados de todo tipo de artilugios de ultima generación, teléfonos, portátiles, herramientas para que estén donde estén no se sientan incomunicados, con secretarios/as eficientísimos/as, con cargos de confianza que cobran mas que ellos, de su partido por supuesto, que les hacen el trabajo que ellos no saben, con jubilaciones doradas por solo 8 años de dedicación, con chofer etc,etc, en definitiva cualquier mocoso ignorante que se mueva bien entre bambalinas, puede ser a su vez salvador y dictador en una misma piel.

Partidos que disponen de un núcleo duro que reparte prebendas a sus amiguetes poniéndolos en cargos que les aseguran la jubilación, partidos que crean dictadores regionales o comarcales con poderes sobre los demás inimaginables, quien no conoce a alguien que tiene el poder absoluto del partido y por tanto la posibilidad de dar y quitar según piense, es dócil o complicado de controlar.

¿Qué podemos hacer nosotros ya que está claro que tendremos que seguir con esta situación?. Os dejo un buen ejemplo que no he escrito yo pero que asumo en su totalidad.

"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso consciente, muy consciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mi me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"

El sentido común y la experiencia demuestran que votar a la derecha para castigar a la izquierda o a la izquierda para castigar a la derecha no es la solución. Fijaos lo que ocurrió cuando expulsamos a Felipe González de la Moncloa: sustituimos a un gobierno corrupto y gastado por uno arrogante. ¿Que hemos conseguido expulsando a Aznar de la Moncloa? Poner en su lugar a un inquietante y peligroso Zapatero.

¿Qué haremos en marzo de 2008? ¿Sustituir a Zapatero por Rajoy? ¿Por qué no afrontamos el núcleo del problema y forzamos a los políticos a que nos devuelvan la democracia que han secuestrado? ¿Por qué no recuperamos los ciudadanos el poder que el sistema nos otorga y que los políticos nos han arrebatado? ¿Por qué no sometemos la política al control de la ciudadanía, como exige la democracia?

El Voto en Blanco es el camino. No hay otro, aunque nos cueste trabajo asumirlo. Votar a un partido político es alimentar el problema porque el mayor obstáculo para la regeneración de la democracia es hoy la partitocracia.

Como dice Saramago, hay que darle un susto a la política corrupta e ineficiente que nos domina y a esos políticos profesionales que se han atrincherado en el privilegio y la ventaja. No existe otra manera de darle un susto a la corrupción y al abuso que con el Voto en Blanco.

A ellos (los políticos) sólo les interesa ganar y permanecer en el poder. Ahora el PSOE y el PP, sólo para ganar las elecciones, pretenden dar un "giro hacia el centro", ignorando que lo que deben dar es un giro hacia la decencia. Todos los partidos adaptan sus estrategias para obtener la victoria, pero no se regeneran y siguen siendo lo que son: implacables estructuras de poder y de dominio únicamente interesadas en controlar y beneficiarse de los recursos del Estado.

Aunque sea duro admitirlo, la primera verdad que debe asumir hoy un auténtico demócrata es que los partidos políticos son el principal obstáculo para la regeneración de la democracia y de la vida política.


Apliquemos dos axiomas infalibles en democracia: el primero dice que "la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos", y el segundo dice que "todos los problemas de la democracia se resuelven con más democracia".

El Voto en Blanco masivo es la única terapia, el antivirus drástico que necesita este sistema enfermo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de que el PSOE esté dando un giro al centro para ganar las elecciones lo puedo aceptar.

Pero que digas que el PP también está dando ese giro al centro pues... como que no. A mi más bien me parece un giro a la derecha.

O eso o a lo mejor para ti y para mi el centro no está en el mismo sitio y tu lo ves bastante más a la derecha que yo.

Un saludo.

Julián Hernández Tello dijo...

Paco,
Esta suficientemente demostrado por los analistas, por los propios partidos, por los periodistas políticos y por todo el mundo que se fija en los resultados electorales a nivel estatal que el que atrae el voto de centro es el que gana las elecciones. Los mas de 10 millones de votos que consiguió Aznar en el 99 no eran precisamente de gente de la derecha y si de los ansiados de centro. Al igual que en el 82 los que saco Felipe González, 48,11% no eran de socialistas. Recuerda que la extinguida UCD tuvo en el 79 un 34%, más de 6 millones de votos que desde entonces se los rifan entre los dos grandes partidos mayoritarios.

Si te fijas bien el párrafo dice que para ganar las elecciones ahora pretenden dar un giro hacia el centro. Yo creo que esto es así y no tardaremos muchos, tú, los demás y yo en escuchar cantos de sirena hacia este centro que todo el mundo pretende.

Otra cosa es cuando las elecciones se ganan y se gobierna en el día a día. Yo pienso que los dos, PP y PSOE, están un poco escorados a la derecha, unos mas que otros pero los dos a la derecha. Los cantos de sirena de que unos hacen más políticas sociales que otros es ya una cantinela caduca.

Ciertas aptitudes de nuestros gobernantes una vez en el poder no es que sean de derechas es que son directamente Fascistas y no precisamente me estoy refiriendo a la política nacional.

Un placer poder ampliarte mi opinión, que conste que evidentemente no soy ni votante ni simpatizante de ninguno de los dos, solo hago una reflexión sobre el mercadeo de votos que se avecina.

Napoleón Bonaparte dijo...

En este sentido,el País de hoy, informa que Manuel Fraga, ha pedido centrismo en el PP, de cara a las elecciones.

Un saludo